Debes saber manejar una buena estrategia de cómo gestionar tu dinero. Estás aquí porque te has preguntado, ¿por qué no me va bien con el dinero? o simplemente quieres potenciar tus finanzas.
En cualquier de los casos, la información que te daremos te servirá de mucho. Pero, para que te vaya aún mejor con la administración de tu dinero, debes saber que para cada persona existen prioridades y posibilidades distintas.
Te invitamos a leer estos consejos para que tengas una vida financiera saludable, ya sea a corto o largo plazo.
Estrategia de cómo gestionar tu dinero: Su importancia
Antes de poner en práctica cualquier estrategia de cómo gestionar tu dinero, debes plantearte la razón por la cual quieres hacerlo. ¿Por qué? Porque toda actividad exitosa tiene como base una lista de objetivos muy determinados para alcanzar.
En materia de finanzas, es importante saber que te está motivando a ahorrar. Por eso, los objetivos factibles (posibles) y claros (específicos) pueden ayudarte a mantener el enfoque, aunque las cosas no estén yendo de lo mejor.
Algunas de las preguntas más importantes que debes hacerte, antes de poner en marcha cualquier plan estratégico de finanzas, son las siguientes:
- ¿Cuáles son los objetivos que tienen más importancia para ti? Por ejemplo, viajar, comprarte una propiedad, estudiar, entre otros.
- ¿Cuáles son tus metas realistas y cuáles son las más ambiciosas?
- ¿Tendrás la motivación suficiente como para seguir teniendo constancia?
Recuerda, tener las respuestas a estas preguntas, te ayudará a saber si podrás mantenerte enfocado. Sobre todo, porque ahorrar será fácil cuando las cosas vayan bien, pero tal vez no será tan fácil cuando las cosas no vayan tan bien.
¿Cuál es la mejor estrategia para gestionar tu dinero?
Ya sabiendo todo lo anterior, entonces te preguntarás, ¿cuál es la mejor estrategia de cómo gestionar tu dinero? Y es aquí donde te damos algunos consejos para administrar tus ingresos de la mejor manera posible.
Define tus objetivos
Para tener unas finanzas saludables se deben establecer objetivos. Tal cual mencionábamos antes. Para cada persona, las metas de vida varían, según sus posibilidades y prioridades, por lo tanto, establece las tuyas ya sean a:
- Corto plazo.
- Mediano plazo.
- Largo plazo.
Definir las metas te ayudará a conseguir tus objetivos. En especial, sabiendo que tu proyección a futuro se verá afectada negativa o positivamente si no mantienes el enfoque en los objetivos de corto plazo.
Elabora un presupuesto
Una vez hayas determinado cuáles son tus metas, elabora un plan para organizar con detalle tus ingresos y tus egresos. Los presupuestos ayudan a observar y estar al día con el dinero. Debes saber cuánto dinero entra, cuánto se gasta y si existen excedentes de gastos en algunas áreas de tu vida.
Hacer un presupuesto no debería ser una tarea demasiado complicada, con que incluya información de gastos básicos y/o necesarios, es más que suficiente. Para hacerlo, podrías dividir por categorías todos tus gastos, por ejemplo:
- Seguro médico.
- Alimentos.
- Servicios de luz, agua, gas, entre otras.
- Medicamentos.
- Renta de hipoteca o alquiler.
- Entretenimiento.
- Adicionalmente, una categoría para gastos imprevistos.
- Ahorros, si las circunstancias lo permiten.
Utilizar el presupuesto como una herramienta de estrategia de cómo gestionar tu dinero, es una de las mejores cosas que puedes hacer; ya que los presupuestos ayudan a controlar el dinero, y sin control, es difícil administrar con éxito tus finanzas.
Haz un plan de ahorros
Ahorrar es una estrategia muy inteligente en materia de finanzas, y para lograrlo es determinante la constancia. Por supuesto, para ello hay que tener la posibilidad. A veces será necesario conseguir una segunda fuente de ingresos. Además, limitar tus gastos puede que signifique que tengas que hacer ciertos sacrificios.
La cantidad que cada persona se fija para guardar o ahorrar dinero, dependerá de sus ingresos. Pero, al final del día, el éxito de poner en práctica el hábito de ahorrar dependerá netamente de la constancia con lo que lo hagas.
Si actualmente no te encuentras en unas circunstancias tan favorables, fíjate metas bajas y ve aumentándolas a medida que las circunstancias lo permitan. Lo importante es mantener la constancia para hacer de esto un hábito.
Invierte y hazlo inteligentemente
Si te encuentras buscando la manera de mejorar tus finanzas, tal vez la inversión pueda funcionarte para armar una estrategia de cómo gestionar tu dinero. Pues, además de controlar los gastos o guardar dinero, puedes invertirlo para generar ganancias pasivas.
Para realizar cualquier inversión, es importante analizar todos los aspectos de la misma. Los aspectos que deben tomarse en consideración son:
- Entender bien los activos en los que deseas invertir.
- Determinar qué cantidad de dinero puedes usar.
- Utilizar dinero que estés dispuesto a perder.
- Empezar con poco dinero.
Además, puedes diversificar poco a poco para prevenir una posible pérdida total de la inversión. Por otro lado, estudiar bien el mercado y asesorarte con gente calificada será muy beneficioso.
Un error que no debes cometer
Un error muy común que cometen muchas personas, al momento de poner en práctica las estrategias de cómo gestionar su dinero, es el no tener conciencia acerca de los créditos.
Este suele ser un problema que afecta a cualquier persona, no importa el estrato social, la ubicación geográfica o el nivel académico que tenga.
Los créditos representan una estrategia muy ágil por parte de los bancos, ya que producen un engaño psicológico en quiénes utilizan préstamos de dinero. Todo el mundo sabe, en líneas generales, cómo funcionan los créditos; aceptas dinero, con la intención de pagarlos en cuotas y con intereses.
Sin embargo, al final de cuentas, es dinero que no es tuyo, pero lo usas como si lo fuera. Generalmente por querer solucionar un problema de manera inmediata con la ventaja de que tienes tiempo para pagarlo en “cómodas cuotas”.
El cuidado que hay que tener, es que pagar las cuotas mensuales puede resultar fácil. Pero a largo plazo, al terminar de pagar el crédito, puedes terminar pagando 3 veces más del costo real del bien adquirido.